El mercado, cada día más, valora las empresas con gestión responsable, dónde su objetivo es crecer de forma ética. Aportar valor a la comunidad reduciendo el impacto ambiental debido a su actividad.
El consumo de papel deberíamos minimizarlo en todo lo posible, llegando a un compromiso que cubra las necesidades de los usuarios. Conseguiríamos así un menor consumo de celulosa a nivel mundial. Tenemos que ser responsables entre el consumo de papel y respeto al entorno y medio ambiente.
Las empresas éticas que fabrican papel y cartón etiquetan sus productos con información acerca de los aspectos ambientales tenidos en cuenta en la diferentes etapas de fabricación. Tienen en cuenta todos las aspectos relacionados con el medio ambiente o la sostenibilidad y lo indican con un etiquetado correcto de los productos.
Es muy importante que, nosotros como consumidores, seleccionemos productos y sistemas que contribuyan a reducir el consumo y generen menos desechos. Por ejemplo, en el caso del papel de manos, papel higiénicos o papel de cocina, un dispensador de celulosa que funcione correctamente reduce considerablemente su consumo. Si además, es de alta absorbencia significa menos consumo aún. Minimizar el consumo de papel significa menos transporte, menos desechos y, por tanto, un menor impacto en el medio ambiente.
Etiquetas ecológicas para productos de celulosa
Veamos una relación de etiquetado para identificar los productos que respetan el medio ambiente, por un planta mas verde.
- Ángel Azul (Blue Angel). Esta etiqueta tiene su origen en Alemania en el año 1978 y nos indica que el papel contiene un 100% de material reciclado, libre de cloro y fabricado con la mínima cantidad de productos químicos.
- Cisne Nórdico (Nordic Ecolabel). Este sello requiere que, al menos un 20% de la fibra virgen que se emplea en la fabricación de papel provenga de plantaciones certificadas. Además, no permite el uso de cloro y restringe la aplicación de productos químicos durante el proceso de fabricación.
- Ecoetiqueta Europea (Ecolabel). Se trata de un sello oficial de la Unión Europea (UE) que indica que, al menos un 10% de la fibra virgen de la celulosa proviene de plantaciones certificadas. No tolera el uso de cloro y restringe las emisiones.
- FSC (Forest Stewardship Council). Este sello garantiza que la materia prima de la celulosa proviene de bosques sostenibles.
- PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification). Tiene la misma función que el FSC, pero es gestionado por un organismo independiente.
- ECF (Elemental Chlorine Free). Indica que el papel ha sido blanqueado sin la intervención de cloro líquido.
- TFC (Totally Chlorine Free). Asegura la ausencia total de cloro durante el proceso de producción.
- PCF (Processed Chlorine Free). Este sello asegura que para el último ciclo de producción no se ha utilizado cloro.
- ISO 14001. Norma internacional que garantiza que la empresa en cuestión realiza una buena gestión medioambiental.